Una vez terminada la maravillosa luna de miel y establecida en mi nuevo hogar comenzaron a llegar visitantes indeseados, las facturas. En ese momento la realidad comenzó a bajarme de la luna de miel que estaba viviendo. Al menos podíamos pagar las facturas sin problemas por que conseguí un trabajo a tiempo completo en un banco reconocido. En mi búsqueda por mejores oportunidades me fui a trabajar a otra compañía número uno en su campo y con mejor salario en mi campo, la contabilidad (que irónico, ya verán por que lo digo). Comencé hacer buen dinero, pero como tenía tantas deudas no se veía el fruto de mi trabajo la única desición sabia fue aportar lo máximo al 401k.
Para ese entonces recibí una oferta de préstamo hipotecario para consolidar en un solo pago, la cual accedí inmediatamente. El ahorro y el alivió se sintió muy rápido pues el préstamo no había que pagarlo hasta dentro de sesenta días. ¡Ufff que alivio! Así que aproveché el ahorro y me compré un carro nuevo por que el que tenía necesitaba mucho arreglo. Lo único malo que me aprobaron el préstamo a un interés muy alto por que tenía el crédito comprometido por ende el pagaré era alto.
Pero (¡ahhhh!) Como uno no aprende de un solo golpe mi esposo se antojó de un terreno en una montaña, que por cierto tiene una vista muy hermosa y un clima frío con neblina y todo (¡muy romántico! ¿verdad?) como no teníamos ahorros ni estaba en nuestros planes, mi esposo se fue solo a refinanciar la casa. Me avisó cuando tenia que ir a firmar el contrato nuevo.
Lamentablemente sus planes no funcionaron, pues habíamos hecho el préstamos dos meses atrás y todavía los reportes crediticios no habían sido actualizado por lo que el banco no refinació a totalidad el valor de las casa por lo que saldamos el préstamo y ahora tenemos un solo pago.
¡Que alivio! Ay no otra vez. Esto de pedir crédito es como un vicio del que uno no puede salir. El año pasado comenzamos unas mejoras en el hogar con el superávit mensual. No teníamos un presupuesto fijo pero con los ahorritos (por que no era mucho, de hecho era mi fondo de emergencia) y el ingreso que entraba del negocio de mi esposo más nuestros salarios de nuestros empleos fijos emprendimos esta aventura. Para añadir emoción quedo embarazada de mi primer bebé y olvidé las lecciones aprendidas tomé mi tarjeta de crédito( la cual le habían aumentado por el buen uso de ella) y me fui a las tiendas y gasté el balance disponible en cosas del bebé.
La entrada de dinero comenzó a bajar y como estaba en tiempo de maternidad hicimos un préstamo para terminar la remodelación de mi hogar. Para el tiempo que doy a luz me mudo a casa de mi madre porque mi casa estaba inhabitable. Cuando regreso de maternidad la situación de la empresa era crítica por lo que me bajaron mi jornada a 20 horas (¿Cómo? No estoy preparada para esto) y lo que quedaba del préstamo lo utilizamos para invertir en el negocio de mi esposo y para completar el pago de las deudas.
Como la casa no está terminada hicimos otro préstamo pero el dinero se fue en otras cosas. El día de hoy la crisis tocó a mi puerta (hace tiempo que estaba merodeando alrededor de mi ) tengo $40,000.00+ en deuda, un bebé de 6 meses, un trabajo de jornada parcial, una entrada de ingreso inestable por parte de mi esposo, ningún ahorro, $4.09 de balance en mi cuenta corriente y lo más patético y vergonsozo tuve que tomar prestado de la cuenta de ahorros de mi bebé para echar gasolina y comprar comida. Y pensar que soy contable.
Hoy es un nuevo día, tengo que hacer un alto analizar mis 28 años de vida y ver como puedo salir de esta crisis en que mi esposo y yo nos hemos metido con nuestras malas desiciones.
Pronto estaré publicando el análisis.
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